SENSIBILIDAD Y TEMPO

La SENSIBILIDAD o capacidad para sentir puede ser cultivada, anestesiada o endurecida hasta dejar de sentir. 

Cuando perdemos el interés por las personas, nuestra sensibilidad se convierte en un enorme flotador defensivo que se alimenta de lo secundario y lo que nos hace sentir bien o mal depende de los gustos o disgustos. Las imágenes entonces van hacia la diversión, a pasar el tiempo lo mejor posible, en lugar de ver en la diversidad de los otros una posibilidad de aprender. Aferrados a cosas que nos debilitan, perseguimos caprichos con los que tratamos de suplir la falta de sentido o la falta de buenos amigos.

Entonces la sensibilidad nos devuelve a aquel paisaje en el que nos formamos, cuya forma quedó impresa en un tempo que ya se fue, cada vez a mayor distancia del ritmo actual que llevan los acontecimientos.




En los problemas de convivencia surgen las diferencias de la forma de concebir el tiempo, se producen choques entre ritmos internos, ninguno mejor que otro. Cambiar el propio TEMPO o ritmo interno exige una clara INTENCIÓN para revalorizar el proyecto común frente a los gustos o disgustos.

"Está naciendo una sensibilidad que se corresponde con los nuevos tiempos. Es una sensibilidad que capta al mundo como una globalidad y que advierte que las dificultades de las personas en cualquier lugar terminan implicando a otras aunque se encuentren a mucha distancia..." Cartas a mis amigos.Silo

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