Si la vida consciente tiene una función o un Propósito en este universo es posible que sea la de velar por la propia vida consciente, por su expansión y desarrollo. Pero el hecho de "tomar conciencia" o "ser conscientes" no es evidente y admite muchos grados. Según nos movemos por este gradiente, nuestras conductas y actitudes hacia los demás, hacia la vida, también van a ser diferentes.
A veces permanecemos agarrados a lo que quisiéramos que fueran las cosas. A veces nuestras razones o intereses los dejamos fijos y pretendemos ir contra la evolución de las mismas. A veces justificamos conductas contradictorias por no soltar la imagen que queremos dar al mundo... Y esto nos trae aislamiento, falta de comprensión y enfados, consecuencias todas ellas de un estado de conciencia poco despierto.
No entendemos la relación entre conductas, ensueños y los temores irracionales que los despiertan. El hecho es que los cuadros de ansiedad y angustia se incrementan en la medida que no soltamos ciertas imágenes y no contemplamos la necesidad que tenemos de los otros en la búsqueda de equilibrio.
La INTENCIONALIDAD, fundamento de la vida inteligente, necesita ligar lo que hacemos a algo. Si en estos momentos en los que se caen tantas imágenes de futuro, permitimos cierto vacío en vez de aplastarnos frente al desánimo, tendremos ante nosotros la posibilidad de coger Profundidad. Esto es, elegir nuevas imágenes a las que ligar nuestros actos: ganar coherencia, crecer sin límite, superar el sufrimiento,...,etc.
"Inútil y malvada profecía
que anuncia la hecatombe del mundo. Yo afirmo que el ser humano habrá no
solamente de seguir viviendo sino que crecerá sin límite. Y también digo que
los negadores de la vida desean robar toda esperanza, palpitante corazón del
acto humano."
Quiera tu futura alegría que en los momentos más sombríos
recuerdes esta frase: “¡la vida busca el crecimiento, no la compensación de la
nada!”.
El Paisaje Interno. Silo
La conducta contradictoria es casi necesaria en la sociedad actual. Yo la denomino, "Adaptación" e incluso podría darle otro nombre, "Camuflaje". A veces nos ocurre que por respeto y diplomacia has de guardar silencio y no dejar que tus labios digan lo que piensa tu mente. Escenarios de hipocresía, reuniones con trajes prestados y mascaras de usar y tirar que ciertas personas utilizan entre ellos. De repente te ves en medio de la escena, un decorado surrealista y lo peor de todo es que no puedes fallar a la persona que va a tu lado, has de mantener el tipo. Se te plantean dos opciones; la primera es caer en la trampa y dar una opinión contraria a la que sientes, una forma seguir el juego. La segunda es observar y mantenerte en silencio. Dejar que los actores que se hallan en el escenario sigan interpretando y ser sincero con la persona que llevas al lado "Esto lo hago por ti". De todas formas he de decir una cosa...¿Os habéis parado a pensar la cantidad de veces que debemos sacar esa conducta contradictoria? Si todos dijéramos lo que realmente pensamos en ciertas ocasiones...nos pondríamos contra todo y contra todos. ¿Cuantas sonrisas dirigimos a las personas que nos hacen daño? ¿Es contradictoria esta conducta? Es el motivo por el que yo lo llamo "Adaptación" que no es lo mismo que "Aceptación".
ResponderEliminarOjalá fuera tan bonito, el que lucha por las buenas costumbres, pero la doblez normalmente no camina del lado de nadie, impide que los demás avancen a una posición que tú no controlas
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