Lo bueno y lo malo

"La moral de los pueblos balbuceó con el hombre a medida que este se irguió en el paisaje. Y la moral señaló el “si” y el “no” de la acción, reivindicando lo “bueno”, persiguiendo lo “malo”. ¿Seguirá lo bueno siendo bueno en este paisaje tan diverso? Si un inmutable Dios así lo afirma, ¡sea! Pero si Dios ha desaparecido para muchos ¿a quién queda ya juzgar? Porque la ley cambia con la opinión de los tiempos."   Silo. Paisaje Interno.

Hoy nadie sabe a qué atenerse. Creencias, intereses, fundamentos y hasta prejuicios respecto a lo que deberían ser las cosas flotan a la deriva, como trozos de un naufragio que no alcanzamos a comprender. Todo esto sucede en nuestro interior y al descolocarse estos parámetros de referencia también quedamos nosotros un poco en tierra de nadie.

Las concepciones morales de lo que está bien o mal basadas en la religión, las ideologías, la jurisprudencia o la pertenencia a un determinado grupo, ya no encajan en el paisaje de extrañeza en el que vagamos. 

El futuro, la imagen del mundo que queremos, ha de convertirse en nuestra estrella polar, para orientar nuestras vidas y elegir la validez de nuestras acciones como parámetro de referencia. Mientras la diversidad ya inunda el paisaje humano, diluyendo la rigidez del pensamiento único, la construcción solo puede comenzar en el interior de cada persona, cuando busca la propia coherencia y en su entorno trata a los demás del modo en que quisiera ser tratado.

No habrá buenas o malas causas que justifiquen la violencia. Ésta es el recurso de aquellos que guiados por sus tensiones optaron por la ruptura, el engrandecimiento personal y el olvido de su espíritu.

"La libertad de elección es una realidad desde el momento en que nos cuestionamos vivir y pensamos en las condiciones en que queremos hacerlo. Que luchemos o no por ese futuro siempre deja en pie a la libertad de elección. Y es únicamente este hecho de la vida humana el que puede justificar la existencia de los valores, de la moral, del derecho y de la obligación, al tiempo que permite refutar toda política, toda organización social, todo estilo de vida que se instale sin justificar su sentido, sin justificar para qué sirve al ser humano concreto y actual. " Silo. Cartas a mis amigos.