Muchas parejas se conforman con un ideal felicitario en el que no faltan la hipoteca, la casa, el coche, el microondas, los viajes... y un montón de cosas más. Poco a poco mientras el tiempo sigue su curso, esas dos personas que tenían un proyecto en el que aspiraban a que su amor creciera con el tiempo, a comprenderse mejor o a estar bien juntos, van despistándose con su actividad cotidiana y entre las cosas concretas van olvidando el intangible sobre el que se fundamentó todo. Así es como terminan muchas relaciones envueltas en la desidia, el desinterés o la falta de sentido.
Aunque pareciera lo contrario, el mundo de lo concreto es incompleto para nuestro bienestar. Por mucho análisis de datos y gráficas que utilicemos para estudiar cualquier proceso, si en ese estudio no se contemplan los intangibles, no acabaremos de entender porqué no funcionan muchas cosas, especialmente las relaciones personales. El intangible es el pegamento que da continuidad y sentido a lo concreto. Lo que valoramos o a lo que aspiramos son los intangibles que moldean nuestra interioridad. Sobre ellos construimos las imágenes que luego plasmamos en el mundo. Atender a los intangibles nos llevará de nuevo a la revisión de las propias conductas.
"Los objetos tangibles e intangibles que constituyeron nuestro paisaje de formación, se han modificado. Pero he aquí que en este mundo que ha cambiado, mundo en el que opera un paisaje de formación diferente para las nuevas generaciones, tendemos a operar en base a intangibles que ya no funcionan adecuadamente." Silo
Aunque uno es hijo de un tiempo y de una generación, la inestabilidad actual nos impulsa a buscar intangibles de otra profundidad, más unitivos.
A veces pretendemos construir proyectos con otros, cuando no hemos valorado suficientemente la importancia de lo común o lo que une y fortalece a las personas.
Ser generosos con nuestro tiempo, es soltar conductas que nos llevan a enredarnos en lo secundario, para encontrar calma. La confianza en uno mismo se conquista cuando das tiempo a las relaciones personales y entiendes que el tejido que formas entre tu proyecto y tus amigos es lo que te permite crecer. Porque al comunicarnos, por el gusto de hacerlo, sin resolver nada concreto, perdemos los temores absurdos que llevamos puestos. Así desde otra soltura, tal vez seamos capaces de revisar aquellos valores sobre los que caminar para dar otros significados a las cosas que hacemos.
Me encanta la ilustración!
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