“… Salta por encima de tu sufrimiento y no crecerá el abismo sino la vida que hay en ti.
No hay pasión, ni idea, ni acto humano que se desentienda del abismo. Por tanto, tratemos lo único que merece ser tratado: el abismo y aquello que lo sobrepasa.” Silo – El Paisaje Interno
Las personas frente a su POSIBILIDAD de cambio, se asustan. El vértigo que se despierta ante el abismo, es una atracción y un rechazo que se dan simultáneamente. Queremos avanzar y los temores no resueltos surgen amenazantes ante la duda: ¿resolverse o permanecer?
El instinto de supervivencia o el de perpetuación de la especie son en gran medida responsables de que la conciencia sea conservadora. Buscando la seguridad, somos capaces de envolvernos en un caparazón de gran dureza para evitar cambiar y a ser posible intentar que nada cambie.
Buscando estabilidad, nos encarcelamos entre los barrotes de nuestro particular estilo de vida, al que cada vez le quedan menos asideros imperturbables. Temiendo al abismo tratamos de mantener lo conocido, lo que internamente sabemos que no va.
Pero el abismo, plagado de temores oscuros, no tiene existencia en sí mismo. Se conforma solo ante la falta de sentido. Así visto, la construcción de una salida consciente que de coherencia y por lo tanto sentido a nuestra vida, se convierte en una necesidad.
Quedándonos en lo que consideramos "vida personal", vamos perdiendo la perspectiva de la acción social, dejando lo común en manos de los que persiguen beneficios por ello. Lamentablemente hoy encontramos irritación y mal trato entre la gente, rupturas de proyectos que obedecen a luchas de intereses muy planas. Sin la perspectiva adecuada, desde la cual el cambio social vaya ligado al cambio personal, no habrá futuro para los proyectos. Si las personas tienden a alejarse cada día más unas de otras, la sensación de abismo avanzará.
En contraposición, si avanzamos hacia la comunicación, la reflexión y el buen trato ganaremos una nueva perspectiva desde la que sea posible hacer cosas juntos.
«Lo Sagrado está en nosotros y nada malo puede ocurrir en esta búsqueda de lo Profundo e Innombrable. Creo que algo muy bueno sucederá cuando los seres humanos encuentren el Sentido, tantas veces perdido y tantas veces encontrado en los recodos de la Historia. » Silo. Punta de Vacas.4 de mayo 2004
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